La otra mitad

El estado actual del hombre no fue el originario, sino que antiguamente los seres humanos tenían dos cuerpos con cuatro brazos, cuatro piernas, dos cabe­zas, etc.; eran circulares y poseían tres géneros: masculino­-masculino, femenino-femenino y masculino-femenino.

Como eran arrogantes y peligrosos para los dioses, Zeus decidió dividirlos en dos mitades y ordenó a Apolo que saneara y arreglara todo lo que implicaba este corte. Pero estas mitades morían de nostal­gia anhelando su otra mitad, por lo que Zeus se apiada y decide proporcionarles el sistema de procreación. Cada uno de nosotros busca su otra mitad y esta búsqueda es érós.

Cuando se encuen­tran dos mitades que originariamente estaban unidas surge en­tonces la alegría del amor; de ahí que cuando estamos enamora­dos queremos una unión más duradera y completa que la que pueda dar la mera relación sexual.

Si somos piadosos y cuidado­sos de nuestros deberes morales y religiosos, podemos ser recom­pensados alcanzando de nuevo nuestra naturaleza original. Pero si somos impíos, Zeus nos puede cortar en dos una vez más y cada uno de nosotros sería como una loncha de pescado o una figura en relieve.

El Banquete (Platón)

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